17 de Septiembre.

A veces
tener miedo
es lo que nos impulsa
a seguir adelante.

A dar ese salto en el vacío,
y caer en lo mejor
que nos podía haber pasado.

La vida.

Miedo.

Tengo miedo.
De hecho, estoy aterrorizada.
Siempre tuve esa sensación fría que fue creciendo con el tiempo.

Tengo miedo a crecer, pero también tengo miedo a seguir sufriendo y seguir siendo una niña.

Tengo miedo a seguir adelante. A superar todas las jodidas putadas y problemas de salud que me han pasado y ser feliz.

También tengo miedo a ser feliz, pero no puedo volver a permitirme caer en aquellas garras tan negras... De la depresión, y sus amigos y amigas.

Estoy aterrorizada, y cuesta tanto sanar estas heridas... Pienso muchísimo en que nunca se van a convertir en cicatrices...

Creo que todo el mundo ha pasado por algún tipo de miedo: miedo a las arañas, miedo al sol, miedo a la gente, miedo a la vida, miedo a la muerte...

No conozco a nadie que no haya vivido acojonado alguna vez.

No sabría decir ahora mismo que miedo es el que me agarra más el pecho, o me vuelve la cabeza loca...

La pérdida, el dolor, el amor...
Los viajes de mi corazón roto...
La familia, los amigos, tú mismo...

Sé que es difícil deshacerse del miedo, pero imaginaros lo que es cuando te has enamorado de él...

Me enamoré del miedo más grande que tuve, y dios... Esto sí, esto sí que duele...

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Aún así sigo teniendo miedo, de hecho, creo que ese fenómeno nunca se pierde.
A veces es bueno, otras es malo, a veces es mejor, otras es peor...
Pero SIEMPRE hay que conseguir salir adelante.
Inténtalo. No te rindas... Pide ayuda si hace falta.
Tener miedo no es malo,
es de lo más bonito del mundo.

Miedos internos. Miedos externos. Miedos...
¿Quién no ha sufrido alguna vez por miedo?

—Herrmana.

La voz de mi bruja interior.

Desde hace unos cuantos años (aún que parece que fue ayer, ha pasado casi media vida...) tengo una pequeña voz en mí, una pequeña voz en mi cabeza que hasta hace 47 días no había buscado una gran ayuda para sacarla de mi cabeza.

Una voz horrible que me dice mil millones de cosas malas cada vez que habla.

Que cada vez que sus labios se separan son para clavarme algo en la espalda, el pecho o el corazón.

No te creas que suele decir cosas bonitas... La peor voz del mundo es la de la bruja de mi interior.

Una zorra sin escrúpulos, para sernos sinceros.

Algo que me dice que esto debe terminar cuanto antes y que no consigo sacar de mi sien.

No sale...

No sé cómo puedo terminar con ella.

Luz de mi interior, ayúdame por favor...

-Herrmana (Bárbara Acevedo Mañero).

Superarte.

Llevas tanto tiempo haciéndome tanto daño, que ya no sé diferenciar que golpes son tuyos o son míos.

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Tus golpes no son físicos, pero los míos sí.

Parecías tan real diciéndome que me querías… Que al final mis golpes sí fueron físicos.

Pareció tan de verdad que tu vida se quebraba cuando me veías los cortes…

No sé si es que era yo la que la cagaba cada noche al volver a casa con el corazón lleno de adrenalina cada vez que me dejabas en la puerta de casa, después de una tarde de volverme loca a besos y abrazos, porque siempre a la mañana siguiente parecía que era invisible delante de todo el mundo, al agachar los dos a la vez la cabeza por el mismo pasillo o cuando te veía siempre en la puerta abrazado a otra…

A los 3 días volvías diciéndome que me querías y que era la gente la que te comía la cabeza…

Y yo siempre volvía a tus brazos.

Siempre durante 6 años.

Siempre sigo esperando que vuelvas y cures todo lo que me has roto…

Cada corte lleva escondido, muy dentro, tu nombre.

Cada lágrima termina recordándome a ti.

Cada vez que he intentado acabar con mi vida he esperado que aparecieras como un gran amigo, que en su día fuiste… Y me ayudases a salir a delante.

Hoy en día tengo las mejores personas que el mundo ha podido darme, incluida una pareja INCREÍBLE, pero… Cada cierto tiempo no sé cómo coño lo haces, pero siempre consigues volver a mi cabeza como un recuerdo, y hacerme un daño brutal…

Estés donde estés y con quien quiera que sea.

—Herrmana.

Superación.

Llevas tanto tiempo haciéndome tanto daño, que ya no sé diferenciar que golpes son tuyos o son míos.

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Desde que entraste en mi cabeza y en mi pecho hace casi ya 10 años, no has parado de joderme la vida.

La vida es un azahar y los actos tienen muchas consecuencias, pero tú… Tú has sido la peor hazaña de mi vida.

Me has hecho estar demasiado mal por cosas que a lo mejor no deberían de haberse prolongado tanto. Me has hecho estar mal en días que debería de haber muerto de alegría. Me has hecho dejar de creer en todo lo que una vez pasó por mi mente, hasta del amor, de mi propio amor, y del amor de mi familia.

Me has hecho destrozarme, humillarme, infravalorarme, reventarme  a hostias más de lo que me gustaría, romperme en pedazos delante de la gente y romper mi pecho miles de veces estando sola tirada en un suelo frío y mojado, a veces de sangre, otras de lágrimas…

Me has hecho vivir experiencias con ganas de terminar con todo y no vivir algunas que deseaba fuertemente haber vivido.

Me has hecho distanciarme de personas que hoy en día ya no están, y me hubiera gustado vivir muchísimo más con ellas…

Me has hecho odiar la vida y amar la muerte.

Me has hecho odiarme a mí y amar a los demás.

Has hecho que mi pecho cambie tantas veces de parecer que ya no sabe si está al derecho o al revés.

Me has hecho muchísimo daño a mi misma, tanto como a las personas que estaban a mi alrededor.

Pero me has hecho daño tú y me han hecho daño muchísimas personas más, y ya no sé si por tu culpa caí más o fue por la mía.

El porqué no salí a flote siempre ronda en mi cabeza.

Pero aún que seas de las peores cosas que me han pasado en mi vida, tanto tú como tus consecuencias y tus amigas… Sigues en mí tanto como el primer día. Y cada vez me aterras más.

Ojalá salieras de mi cabeza y de todas las que estás haciendo tanto daño…

…

Depresión. Anorexia. Bulimia. Estrés. Ansiedad. Autolesiones. Intentos de suicidio. Insomnio. Culpa. Odio.

OJALÁ os murieseis vosotros. Pero no somos tan fuertes como para terminar con vosotros para siempre, aun que nos sobren las ganas…