Y ahora me toca a mi recoger los pedazos rotos de mi alma, las lágrimas que derramé por culpa de personas, volverlas a llevar donde estaban, las gotas de sangre que resbalaron por mis mejillas sin necesidad de inercia, porque ya lo llevaban ellas, me toca reconstruirme, poco a poco, pero volver a construir a la persona que era, y mejorarla día a día, ahora, sin fallos, dando todo lo que se pueda por partirse los dientes a base de sonreír y no de llorar, volver a ser la persona feliz y confiada en mi que era, y no en la mierda que estoy hecha.
Y esta vez, que no caiga ni una gota.
martes, 8 de noviembre de 2016
Corazón y Alma en obras.
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